La madera es un material increíble y único, con una apariencia visual impresionante. Es fuerte y versátil, al mismo tiempo que renovable y sostenible.

La chapa es una fina capa de madera, generalmente de entre 0,5 y 3,0 mm, que se utiliza comúnmente para cubrir o envolver paneles base de diferentes materiales. Las chapas se usan frecuentemente en la fabricación de muebles, carpintería, puertas y aplicaciones de diseño interior. Las chapas de madera suelen ser preferidas sobre la madera maciza debido a que son más económicas, más flexibles y más amigables con el medio ambiente.

Durante su fabricación, la chapa se seca en un secador que circula aire caliente y húmedo. Este es un paso de procesamiento exigente, y un control preciso del punto de rocío es esencial para obtener la mejor calidad de chapa para productos de madera de alto rendimiento y acabados duraderos. El proceso de secado influye directamente en la eficiencia de la fabricación de chapas y puede convertirse en un cuello de botella si no se optimiza.

Proceso de fabricación de chapas paso a paso

En la producción de chapas, uno de los primeros pasos es cocinar el tronco. Luego, el tronco húmedo se corta en láminas finas, de manera similar a cómo se corta el salami en la charcutería. La chapa se introduce en una secadora de prensa, donde viaja entre dos transportadores a través de un secador de alta temperatura. La temperatura del aire del secador fluctúa entre 180 y 190 °C, dependiendo de la humedad y el contenido de agua.

En los secadores modernos, las zonas separadas permiten un control preciso y ajuste de la temperatura y humedad interna del secador. La chapa sale de la secadora, hoja por hoja, lista para ser encolada, clasificada, cortada en hojas de tamaño coincidente y empaquetada.

Calidad a través del control del punto de rocío

La chapa debe ser secada adecuadamente para que sea plana, flexible y adecuada para su posterior procesamiento, como por ejemplo, para unir las chapas en láminas. Sin embargo, el contenido de humedad de la chapa debe estar a un nivel adecuado y uniforme a lo largo del producto, de acuerdo con las especificaciones de diferentes productos, que varían. El contenido final de humedad tiene una especificación estricta, y si no se cumple, el siguiente paso en el proceso, el encolado, puede no ser exitoso. Generalmente, esto significa que todo el lote se echa a perder.

El secado es un proceso delicado, y el mayor problema en la fabricación suele estar relacionado con la fluctuación del contenido de humedad en la chapa. Una chapa demasiado seca puede generar problemas en el ensamblaje porque se vuelve quebradiza y puede romperse. El sobre-secado es antieconómico, ya que sobreutiliza energía y tiempo, disminuye la calidad y capacidad de la chapa, y ocupa la secadora innecesariamente.

Los principales factores que afectan el contenido de humedad de la chapa incluyen las variaciones naturales en el contenido de humedad de la madera cruda, las variaciones en la humedad del aire de secado, los diferentes grados de llenado del secador y los cambios en la temperatura de secado.

Por lo tanto, los fabricantes se beneficiarán enormemente de los datos de medición en línea, que ofrecen una base completamente nueva para controlar el proceso de secado.

Instalación directa sin sistemas de muestreo

La humedad dentro de un secador se mide con los transmisores de punto de rocío Vaisala DRYCAP®, como los modelos Vaisala DMP5, DMP6 y HMP7, que se instalan directamente en diferentes zonas del secador. No se requieren sistemas de muestreo complicados. La tecnología de sonda calefaccionada minimiza el riesgo de que se acumule condensación en el sensor. Si el sensor DRYCAP® se moja, se seca rápidamente y recupera su tiempo de respuesta ágil.

Los datos de medición fluyen hacia el sistema operativo del secador, que conecta toda la información relevante necesaria para controlar su funcionamiento. Los datos de este sistema basado en PLC pueden ser accedidos desde monitores remotos en la ubicación del operador, y los cambios en los procedimientos operativos se realizan a través de pantallas táctiles. 

La calidad es importante 

Producir chapas dentro de las especificaciones de manera consistente requiere un proceso de secado que pueda medirse y ajustarse, con datos en línea proporcionados por mediciones de calidad que puedan manejar el calor y la humedad del proceso. Además, la eficiencia energética, el rendimiento y la calidad pueden aumentar, lo que genera resultados favorables tanto para la fabricación como para los clientes.

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